martes, 16 de agosto de 2016
Voluntad y realidad
Un día despertó y se dijo: «voy a hacer esto».
Unos días más tarde, de camino a casa, se acordó y pensó: «sí, sí, voy a hacerlo».
Pasaron los meses y, una noche, se durmió soñando en eso que iba a hacer, cómo lo iba a hacer, con quién y a qué hora, hasta que el sopor le robó la conciencia.
Así es como la determinación se fue convirtiendo en idea, en memoria.
Con el correr de los años, llegó un momento en que ya no supo si lo había hecho o no, si aquella nebulosa que tenía en la cabeza era realidad o imaginación.
Y en ese momento sintió que le dolía un poco el corazón.
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