Las ilustraciones de Simon Stalenhag me recuerdan mis "lecturas" de hace 30 años: Comix, Cimoc, El Víbora, 1984 y muchos más. Teníamos que esconder todos esos comics porque nuestros padres los consideraban impropios de jovencitos como nosotros. Y claro, nosotros los coleccionábamos y los releíamos sin cansarnos nunca.
Stalenhag, al igual que los maestros de aquella época (Vicente Segrelles, Jean Giraud-Moebius) tiene esa mezcla precisa de realismo, fantasía y verosimilitud que estimula de inmediato la imaginación. La primera vez que vi una de sus imágenes en baja resolución (en concreto, esta), pensé que era una foto retocada o una captura de una película de ciencia-ficción.
Que lo disfrutéis.
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