El epílogo de esta serie sobre Azar Nafisi no podía ser más que otro libro. Poco después de haber terminado todas las novelas que se citan en Reading Lolita in Tehran y el libro mismo, la biblioteca pública de mi ciudad anunció que Nafisi presentaría en persona su nuevo libro, titulado The Republic of Imagination. Compré la entrada y me di el gran placer de estar a tres filas de distancia de la escritora y profesora de literatura durante un par de horas.
A la salida, compré el libro (era una ocasión especial) y le pedí un autógrafo, en inglés y en persa. Hablamos unos minutos, sobre todo de la forma en que los americanos pronuncian los nombres y los apellidos extranjeros y de los problemas y trabajos que nos dan esas pronunciaciones. Luego nos despedimos y seguimos cada uno con lo suyo: ella de exiliada y yo de expatriado, que no es lo mismo, ni mucho menos.
Si Reading Lolita in Tehran es la obra con la que Nafisi intenta explicar, a través de la literatura en inglés, la revolución iraní y la trasformación de la sociedad y la cultura de su país natal, The Republic of Imagination es el libro en el que la misma escritora se pregunta por qué ha decidido, después de tantos años, someterse a la ceremonia, que antaño le pareció absurda, de jurar lealtad a la bandera de los Estados Unidos y adoptar la nacionalidad de su país de adopción. Lejos de ser un alegato a la democracia, la libertad y las oportunidades, The Republic plasma las peculiaridades de los estadounidenses desde prismas muy poco comunes, y por eso es un libro tan rico y tan interesante: porque mira a donde no mira casi nadie. No se molesta en huir de los estereotipos, las frases hechas y las mentiras que, de tanto repetirse, se han convertido en verdades (todos somos iguales, cualquiera puede ser presidente, todos los extranjeros son bienvenidos, aquí hay libertad de verdad, etc.), puesto que el libro se ocupa, precisamente, en la gente que, como ella, no cuadra en todas esas ideas preconcebidas. En la gente que se queda al margen de la cultura dominante y, sobre todo, en quienes, por muy diversas razones, tienen serias dificultades para encontrar un lugar cómodo en la sociedad estadounidense.
En esta ocasión, los autores principales en los que Nafisi basa su análisis socio-literario son Carson McCullers, Mark Twain, James Baldwin y Sinclair Lewis. Este último, al que ya reseñé en el blog hace cuatro años, es un ejemplo radical de rechazo social para un autor que, fuera de su país, resultó tener trascendencia suficiente como para recibir el premio Nobel de literatura. Los otros tres, en sus estilos peculiares, también fueron notables elementos de fricción social y cultural en un país que se las da de demócrata e igualitario, pero en el que aún queda mucho por hacer a ese respecto.
Con The Republic hice lo mismo que con Reading Lolita: fui a la biblioteca y leí primero los libros fundamentales de los cuatro autores para disfrutarlo más. Debo decir que lo disfruté más que el primero y que mi conocimiento del panorama literario americano se ha enriquecido muchísimo. Es un placer leer a tan buena lectora.
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